Su
abundante y extraordinaria arquitectura religiosa, civil y militar
hacen de Carmona una ciudad monumental. |
|
Se
ubicó aquí uno de los templos más grandiosos
de la Hispania romana, de la cual quedan fragmentos de los capiteles
de mármol y tambores de los fustes, aparecidos en un lugar
próximo a la plaza de San Fernando. El recinto amurallado
también es de origen romano y testimonio elocuente de la
importancia de la ciudad de este recinto, la
Puerta de Sevilla
y la Puerta de Córdoba.
El
monumento romano más notable, único en su género,
es la Necrópolis,
descubierta casualmente en 1.868. El conjunto funerario está
compuesto por varios centenares de cámaras sepulcrales, excavadas
en la roca de los Alcores, en las que se practica casi exclusivamente
el rito de la incineración; son muy abundantes las hornacinas
para cenizas, excavadas en los muros de la cámara. En algunas
tumbas todavía se conservan restos de la decoración
mural pintada sobre el estuco que recubría las paredes. Esta
Necrópolis fue usada en los siglos I a.C. al IV d.C.
En
la arquitectura civil, hay que citar, en primer lugar, el conjunto
de la Plaza
de San Fernando,
cuyos edificios más antiguos son del siglo XVI, destacando
una casa de estilo mudéjar decorada con azulejos. Junto a
ella, el antiguo Ayuntamiento.
En
toda la población destacan casas de estilo mudéjar
de los siglos XV y XVII, un ejemplo de estas es la casa que alberga
el Museo de la Ciudad, y "renacentistas" del siglo XVI.
Más
abundantes son las viviendas barrocas del XVII y XVIII. Son de estilo
Neoclásico la antigua
Silla
del Cabildo, de 1.790, y la
Plaza de Abastos,
de 1.842.
De
la época visigodase conserva un calendario litúrgico,
grabado en el fuste de una columna del Patio
de los Naranjos de la Prioral de Santa
María.
Del
siglo XIV es la
Iglesia de San Felipe, en estilo mudéjar,
que posee bello artesonado, un frontal de azulejos del XVI y un
retablo mayor del XVIII.
Del
siglo XV son la
Iglesia de San Pedro y
la Prioral de Santa María.
La de San Pedro es de estilo barroco, por haber sufrido reformas
importantes en este período; la de Santa María es
un bello ejemplo del Gótico, en la que hay que destacar numerosas
capillas y una bella orfebrería. También del siglo
XV son el Convento de Santa Clara,
de estilo mudéjar y la Iglesia
de San Bartolomé.
Del
Siglo XVI son la
Iglesia de San Blas,
el Convento de Concepción
y el Hospital
de la Caridad donde destaca su sala
capitular, de estilo mudéjar.
Del
Barroco del XVII un buen ejemplo es la Iglesia
del Salvador,
que perteneció a los jesuitas. Alberga imágenes y
orfebrería del XVII y XVIII.
Del
siglo XVIII es el Convento
de las Descalzas,
con una bonita portada y torre.
Entre
sus ermitas podemos destacar las de San Mateo, del siglo XIV, y
la de Nuestra Señora de Gracia, del siglo XVI.
De
su arquitectura militar se conservan aún el Alcázar
de la Puerta de Sevilla de origen Cartaginés
y situado en la parte de más fácil acceso al interior
de la ciudad. También quedan algunos restos de murallas en
su mayor parte romanas, tienen modificaciones medievales, islámicas
o cristianas. En la zona más elevada, se sitúa el
Alcázar de Arriba,
o de la Puerta de Marchena,
cuya estructura tiene un claro origen almohade, aunque ha sufrido
numerosas reformas a lo largo de la historia, destacando en primer
lugar las efectuadas por Pedro I el Cruel. Le sigue la realizada
bajo el reinado de los Reyes Católicos, y las hechas a partir
del siglo XVII. En la actualidad, en un ángulo de la
Plaza de Armas,
se ha construido el Parador de Turismo Alcázar
del Rey Don Pedro.
|